Exposición

Tierra negra. Minas y mineros III

Del 2 al 31 de Octubre 2020
Sala 1
Entrada libre y gratuita hasta completar el aforo

Con la colaboración de la Concejalía de Turismo

Un mundo que se acaba

Miramos y vemos de nuevo ese mundo que se acaba, el mundo de las gentes del carbón y los territorios de los grandes castilletes, las turbinas, las lámparas que dibujó Picasso, los barrenos, las palas, los martillos, el pensamiento utópico y la ayuda mutua, las perchas de las que cuelgan los bombachos de la tarea, los tajos y las escombreras, las entibaciones prodigiosas o precarias, el mineral arrancado en el subsuelo de los días y las noches.

Un mundo que se acaba, escribimos en otros papeles, sin los funerales debidos y sin que nadie acuda al entierro, pues nadie sabe muy bien qué hacer, qué decir ante un cadáver con los ojos tan abiertos y el esternón rotundo ante las degluciones de los ciclos económicos y el vórtice de los mercados implacables. Las comarcas del carbón yacen en la mesa de autopsias para aliviar las conciencias contaminadas y contaminantes de un capitalismo abrasivo, a punto de abrir el horizonte de una nueva fase en el negocio de la producción de la energía. Lo conveniente ahora, repiten, es que aprendamos a conjugar el verbo “descarbonizar”.

Es cierto que todo proceso histórico se engendra con temor y dolor, pero no lo es menos que los padecimientos caen siempre del mismo lado. Así funciona la ley de bronce de la desigualdad social. Como si fuera un emblema de nuestra contemporánea desubicación: sin hacer pie en el pasado, resulta imposible encontrar un buen lugar en el que sentirse conformes y confortados.

Nos dicen que en ese mundo que se acaba hay solo cascotes, cenizas, estériles piedras, el paisaje del tiempo denso de los combustibles fósiles. Pero hay también vivos y muertos, fracasos y esperanzas, ceremonias y solidaridades, trabajos y palabras que se perderán para siempre. Alguien propondrá hacer un parque temático para familias de domingo en busca de una falsa emoción de lo perdido. Reconvertirse, reinventarse, reincorporarse…

Estamos hablando de las materias que inspiran y documentan las poderosas imágenes de Tierra negra. Minas y mineros, la impresionante novela social fotográfica que vienen pergeñando desde el fervor  y la constancia los fotógrafos asturianos Eduardo Urdangaray y Ramón Jiménez. Los suyo es fotoperiodismo de alto voltaje, como atestiguan los “instantes decisivos” que han captado con sus cámaras y su sensibilidad atenta. Han tenido el talento y la paciencia –y desde hace más de tres décadas- de contarnos con rigor el acabamiento de ese mundo tan cercano, a punto de desaparecer cuando escribimos estas líneas. 

José Luis Argüelles