Exposición
LA AUSENCIA DEL COLOR
Colección Los Bragales
Javier Arce, Elena Asins, Eduardo Chillida, Kepa Garraza, Eduardo Gruber, Ernesto Neto, Pablo Palazuelo, Jaume Plensa, Paloma Polo, Chema Madoz, João Onofre, Perejaume, Bernardí Roig, Alberto Ros Díaz y Georges Rousse

Del 23 de Junio al 16 de septiembre 2017
Salas 1 y 2
La ausencia del color en la Colección Los Bragales

Pero no solo el horror y las bombas del Guernica se identifican con las gamas de grises en el Guernica der Picasso. También el amor, la ternura, las emociones y la sensualidad en muchos de los casos no necesitan color como indicaba Kandinsky en su estudio sobre la Espiritualidad en el Arte
En el ámbito del diseño y la moda, el blanco y negro se identifica con la elegancia y protocolo.

En la Colección los Bragales se han identificado 52 obras en donde el blanco y negro y la escala de grises está presente. Hemos realizado una selección de 16 obras para en donde 7 identifican la fotografía y 9 en pintura para la exposición del Centro Valey.
Jaime Sordo González. Comisario y propietario de la Colección Los Bragales
Extensas Polaridades

Jaime Sordo lleva empeñado en esta búsqueda, quizá descubriéndolo él mismo cada día y sin saber muy bien el cómo y por qué desde hace más de cuarenta años y habiendo reunido ya cerca de 350 piezas a las que está entregado con total dedicación. El coleccionista se concentra hoy en dos actividades con enorme intensidad: el impulso y difusión del coleccionismo privado mediante 9915, asociación de coleccionistas privados que él mismo preside desde su creación en 2012; y la organización, ampliación y comunicación de su colección Los Bragales que pone a disposición de instituciones y responsables culturales, para promover y divulgar el coleccionismo y las transformaciones que el conocimiento y la experiencia a través del arte y la creación contemporánea, pueden generar en la sociedad, en la ciudadanía interesada por la cultura. “¡Dicha del coleccionista, dicha del hombre privado! – dice Walter Benjamin-
Pues en su interior habitan espíritus, o al menos geniecillos, que hacen que para el coleccionista, me refiero al verdadero, el coleccionista tal como debe ser, la posesión sea la relación más profunda que se pueda mantener con las cosas: no se trata, entonces, de que las cosas estén vivas en él; es, al contrario, el mismo quien habita en ellas”.

Esta exposición habla en blanco y negro de la colección de Jaime Sordo y en ella vemos objetos en los que el coleccionista se proyecta. Así, en las fotos de Chema Madoz, un violín y el teclado de un piano son intervenidos por objetos que han alterado la función musical y nos obligan a pensar en sus estructuras formales, en sus respectivas funciones, en su comprensión como significantes de una amplio contenido cultural: “El diálogo entre los objetos que propone Madoz está definido y neutralizado por su resolución fotográfica en blanco y negro. La reducción de la información a la escala de grises despoja a los objetos que retrata de todo elemento superfluo y los convierte en fantasmas que sin embargo conserva toda su potencia icónica. Siguen estando ahí pero transformados en signos. De esta forma consigue crear un lenguaje de gran claridad al que el objeto aporta su estricta definición funcional pero que permanece completamente abierto a la interpretación por la confrontación de identidades distintas y cuanto más distantes mejor” señala Borja Casani.

Hay una voluntad restrictiva, conceptual y tendentemente abstracta en el uso exclusivo del blanco y el negro por parte de muchos artistas que lo practican en sus obras. Una limitación que tiene su territorio natural en los ámbitos del dibujo, de la fotografía y también en el cine.
Cuando Woody Allen rueda Manhattan, -con la intención de rendir homenaje a la ciudad de la cual dice estar profundamente enamorado y ser devoto incondicional-, experimenta y elije la película en blanco y negro por la distancia poética, por su valor abstracto, por la libertad que otorga alejarse de la realidad de la ciudad de Nueva York para idealizar en extremo su fotografía, la luz, sus estructuras urbanas y todo ello como marco para sus obsesiones íntimas y personales.

Pero, tal y como nos muestra la física, el registro del blanco y negro logra la síntesis de todos los colores reunidos. La conjunción de todos ellos se transforma en blanco cuando media el movimiento y la luz, o se transmutación en negro -o masa informe de negro gris y amarronado-, cuando son todos mezclados mediante pigmento material.
Chema de Francisco Guinea
Comisario y escritor