José Velasco
D’ente l’orbayu, Les Neñes
Del 16 al 31 de Marzo
Foyer de Valey Teatro

De entre el orbayu, Les Neñes.

La lluvia es una de las características primordiales y abundantes en Asturias, por su ubicación en el mapa y el clima de tipo oceánico, capaz de reverdecer sus paisajes. A pesar de ello, José Velasco se ha atrevido en esta exposición con el blanco y negro de sus fotografías, para reflejar la influencia húmeda y fría de las precipitaciones sobre el espíritu de los asturianos. Sus imágenes representan a “la lluvia que acribilla los silencios”, como diría Mario Benedetti; o “el tiempo transparente de las lágrimas”, en palabras de Pablo Neruda.

El autor de las fotos ha saltado charcos y se ha mojado hasta calar sus huesos por el agua, dando rienda suelta a su creatividad, bajo la llovizna del orbayu o la implacable dureza de los chaparrones y de las nevadas. Los paraguas constituyen, especialmente en otoño e invierno, una parte indispensable del paisaje en Asturias, donde llueve una media de 120 días al año, acumulando un registro cercano al millar de milímetros cuadrados. Al resguardo de la crueldad de la lluvia impecable aparecen muchos de sus personajes protegidos por el escudo habitual y frecuente de los paraguas . José Velasco se ha implicado, además, en mostrar la dedicación de les neñes en su firme afán de conservar las tradiciones más arraigadas de la región, eso sí, detallando de forma impecable el atuendo femenino regional, los refaxos, sayos y manteos, aparte de instrumentos típicos como el tambor, la gaita y las castañuelas, entremezclados con la alegría propia de las fiestas. Por otro lado, son dignos de mención los paisajes llaniscos desenfocados, con las mujeres, en primer plano, vestidas con peineta y mantilla a la usanza de Castilla,  adoptada en Llanes por el bando de la Guia para esta fiesta en particular.

Durante toda su vida profesional, el autor ha estado influenciado por los primeros reporteros del siglo pasado, Cartier-Bresson, Catala Roca, Ara Gúler o como no, el gran Capa, entre otros.

Bajo el cielo gris como fiel testigo ha buscado la máxima estetica en sus imágenes utilizando diferentes películas: Kodak Tmax 400 y Ilford HP5 400. Aunque estas películas son de 400 ASA fueron forzadas al doble, a fin de conseguir un grano más visible separando así estas imágenes de la hiper realidad que propone la técnica fotográfica, y darles una textura diferente.

Se ha dicho que la lluvia es lo único capaz de unir la tierra con el cielo y Velasco se ha empeñado en aunar la belleza con el sentimiento producido por la lluvia.

Los negativos de estas fotografías fueron parcialmente destruidos por un incendio, por lo que debieron ser  escaneados, lo que generó la realización de una técnica mixta, que obligó a la utilización de métodos de Photoshop para devolver la textura del grano original de las películas usadas

Esta labor se empezó a realizar a finales de los años 80 y se alargó hasta nuestros días, por lo que los últimos trabajos están hechos en formato digital, pero se logró igualar las texturas con las imágenes primitivas del proyecto.

El estilo en la realización de las tomas es el del reportaje, huyendo de los artificiosos posados, se explotó al máximo con el uso del teleobjetivo para no interrumpir la acción de las personas y conseguir unos desenfoques de fondo, que permiten descontextualizar al sujeto del entorno, convirtiéndolo en protagonista de la imagen.

Aunque el trabajo no guarde la ortodoxia habitual de la técnica fotográfica, por los desenfoques que ayudan a aislar al sujeto o el movimiento que ayuda a reflejar la acción, si se han utilizado las normas clásicas de composición de la imagen, (regla de los tercios, composición áurea) entendiendo que es una práctica bastante comprobada en el lenguaje visual con el fin de ayudar al espectador a comprender el mensaje, reuniendo el lenguaje con la técnica fotográfica para contar una historia.

Horacio Fernandez Invernoz. Periodista