Acar Teatro de Mundo
ABRIR PARA VER
Noviembre 2025
Duración: 120 minutos.
Se trata de una obra de Maxi Rodríguez. Es un espectáculo interdisciplinar que conjuga teatro, música en directo y recursos poéticos para acercar a los adolescentes grandes temas como la pobreza, desigualdad, consumo responsable, sostenibilidad y justicia social. “Abrir para ver” conjuga la fuerza de lo íntimo —una adolescente en su habitación— con la amplitud de lo universal.
El armario es un dispositivo teatral cargado de metáforas: lo que guardamos, lo que escondemos, lo que nos asfixia, pero también lo que se puede ordenar y transformar. En nuestra obra se muestra el dolor, pero también la esperanza de cambio. Porque transformar nuestro mundo comienza hoy, contigo y conmigo. Abrir bien los ojos para ver lo que ocurre realmente a nuestro alrededor, valorar lo que tenemos, lo que nos sobra, lo que ansiamos y desperdiciamos. Abrir los ojos para ver de verdad. Y luego, no volver la cara, comprometernos con nuestra mirada. El mundo -medio roto y muchas veces despiadado- empieza, de alguna manera, en nuestro ropero (real o imaginario.) No se trata de una obra gris, es un espectáculo interdisciplinar donde -a pesar de los contenidos que se vehiculan- hay humor, ternura, conciencia social, y un giro final donde el espectador contempla conmovido como el armario es tan solo un recurso imaginario para entender el horror.
Un apoteósico final que -después de muchos minutos de ensoñaciones y juego teatral- supone un descarnado bofetón de realidad. En “Abrir para ver” el armario como metáfora tiene muchísima fuerza: es íntimo, cotidiano, reconocible, pero al mismo tiempo puede abrir puertas a todo un imaginario universal. No es solo un mueble: es testigo de lo que enterramos y lo que escondemos, de lo que acumulamos y de lo que nunca compartimos. Se convierte en símbolo de privilegio y desigualdad: lo que yo guardo sin darle importancia, en otro lugar podría ser un tesoro, un salvavidas o una vida entera.
La niña está en una habitación que podría ser la suya, pero quizá nunca lo sea. Porque, de alguna manera, esa niña es todas las niñas. Y muchas, desgraciadamente, nunca tendrán ni casa, ni armario, ni… casi nada. Ese limbo poético permite que el público vea tanto la crudeza como la esperanza. Los objetos del armario son reales, cotidianos, reconocibles por todos: ropa, juguetes, libros, zapatos, una bufanda, un globo terráqueo, etc. Pero nuestra protagonista les da un valor simbólico. La obra se mueve entre lo onírico y lo real, entre la fantasía y la brutalidad.. Tras la representación tendrá lugar un encuentro posterior con el alumnado, en el que el equipo artístico dialoga con ellos sobre lo visto y responde preguntas.