“MIRAR EN UN ESPEJO” VEINTICINCO AÑOS DE ARTE JOVEN EN ASTURIAS
Salas 1 y 2
Del 14 de mayo al 31 de Julio de 2015

Artistas:

mirar-en-un-espejoChechu Álava, Irma Álvarez Laviada, Pablo Armesto, Cristina Busto, Mónica Cabo, Paco Cao, María Castellanos, Maite Centol, Soledad Córdoba, Carlos Coronas, Isabel Cuadrado, Adrián Cuervo, Sandra Paula Fernández, Sara García, Fernando Gutiérrez, Pablo Iglesias Prada, Ramón Isidoro, Alicia Jiménez, Santiago Lara, Pablo de Lillo, Mario M. Martínez, David Martínez Suárez, Rebeca Menéndez, Natalia Pastor, PSJM, Jaime Rodríguez, Avelino Sala, Carlos Suárez, Cuco Suárez, Pelayo Varela

Un cuarto de siglo. Sorteando las dificultades, este es el tiempo que lleva celebrándose la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias, el principal reconocimiento que han tenido los artistas jóvenes por parte de la Administración autonómica. De los días felices a los rigores presupuestarios, su supervivencia ha permitido hacer un completo catálogo de las más destacadas aportaciones individuales a la comunidad plástica, en un retrato generacional que se expresa en contacto con el público.

En estos 25 años, han sido seleccionados nada menos que 166 jóvenes artistas, de los que para la presente exposición se ha escogido a 30 por medio de una comisión de expertos integrada por siete profesionales de la crítica artística, el comisariado de exposiciones, la historia del arte y la dirección de museos y centros culturales. La intención era elegir a 25 artistas, para que coincidieran con el aniversario, pero al final hubo que añadir cinco más, tal fue la dificultad a la hora de hacer una selección más estricta. Aun así, se han quedado fuera cuatro quintas partes, que hubieran dado lugar a otras muchas posibles combinaciones. En cualquier caso, el número tan elevado de artistas escogidos ha dejado pequeño el lugar habitual de celebración del encuentro, la Sala Borrón de Oviedo, por lo que se ha optado por espacios más amplios y mejor dispuestos. En la exposición se pueden encontrar casi todas las técnicas y todos los estilos del arte actual. Hay pintura, vídeo, performance, fotografía, dibujo y animación, aunque no escultura, vencida y arrumbada por la instalación y los montajes de objetos. Hay también estilización, perfección de líneas, blancos impolutos, vacío estético, reduccionismo cool, simulacros varios, luz, mucha luz, tramas geométricas, intersticios relacionales, escenificaciones, modelos para armar, construcciones, con- tenidos sociales, abyecciones, anti-arte más o menos consciente de sí mismo y una acusada tendencia a la hiperrealidad, bajo la premisa de la comunicación inmediata. Siendo el título de la exposición “Mirar en un espejo”, se pensó que uno de los hilos conductores de la exposición podrían ser los procedimientos autorreflexivos, el reflejo narcisista y en definitiva el autorretrato, tan habituales en el arte contemporáneo y en la mayoría de los artistas participantes

A ambos lados del espejo.

Como de lo que se trataba era de que aportaran una obra lo suficientemente representativa de su trabajo, qué mejor que alguna que los incorporara a ellos mismos a su imagen y/o semejanza, para que, a través de ese espejo, pudiéramos vernos los demás y de paso lo que han sido estos 25 años de la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias. El símil del espejo y la lámpara, vigente sobre todo desde el romanticismo, reproduce un debate central y muy vivo en el arte contemporáneo entre uno que quiere limitarse a ser espejo de la realidad para reflejar toda su verdad y otro que prefiere ser lámpara que ilumine el entorno y se convierta en irradiación del propio artista. Por su parte, el mito de Narciso es interpretado por Herbert Marcuse como uno de los fundacionales, junto al de Orfeo, de las artes visuales, en tanto que imagen y realización del goce estético: en un estadio primario, sería escape egoísta de la realidad y autoerotismo inmaduro, mientras que en otro secundario se metamorfosearía en un elemento generador de una realidad diferente y un nuevo orden social, en forma de sublimación no represiva. Sin forzar nada, se ha procurado que cada artista participe con una obra en la que se sienta reflejado aunque no aparezca en ella, para trazar una historia que alcanza a jóvenes que ya han cumplido los cincuenta años y otros que ni siquiera habían nacido cuando comenzó este viaje, que llega ahora a su edad de plata.

Luis Feás Costilla Comisario de la exposición